lunes, 30 de septiembre de 2013

Mi mujer.

Jamás me sentí mas mujer que cuando me llamaba princesa: saber que me consideraba deseable  encendía todos mis instintos de una manera voraz. En la vida he conocido una sensación tan fuerte. Esa boca que te enloquece y te desquicia. Esa que convierte cualquier otra cosa en una magia suprema.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

1 año y....11 días.

Éramos amigas. Amigas hasta el día en que tus pequeñas cosas empezaron a gustarme. LLegó el día en que tus buenos días empezaron a saberme a necesidad. El día en que empezaste a despertar en mi celos y empecé a adorar tu manera de picarme. Éramos amigas hasta el día en que a mí empezaron a molestarme tus "amiguit@s", el día en que empecé a pensar que estabas en mi vida por algún motivo y en la que te iba a echar de menos si desaparecieses. Y poquito a poquito empecé a quererte. Al principio solo guardaba tus sms en un archivo diferente. Luego perdí el interés en las cosas en las que no apareciese algo de tí y separé tus conversaciones del resto. Quité atención a aquellos que decían querer algo de mí. Poco a poco me fui construyendo una isla desierta en una ciudad superpoblada, en un oasis que había sido para mi y ahora eramos dos. Me pasaba las noches en vela pensando como sería la conversación del dia siguiente, como decirte que ya empezaba a sentir algo. Y tú, tu estabas ahí mañana a mañana, cogida a tu teléfono, aferrada a un teclado. Me daba miedo reconocer que era feliz, que un día mas en mi vida había sonreído y quería escapar a tus brazos. Porque seguía queriéndote y eramos dos extrañas que se buscaban. A mi me encantaban tus caricias en cada palabra que me dedicabas y a ti mis puntos de locura,y pensar que en el fondo caería ante tí. Y nos gustaban esas conversaciones, el nada que pensar que no fuera nosotras, las llamadas a media tarde. Y los domingos, los domingos que daban lugar a otra semana llena de oportunidades. Hasta esa tarde, esa tarde en la que me dijiste ¿me das un beso? y yo mientras pensando: bésame, bésame y no te vayas nunca más... y el adiós me dolió hasta el último de mis latidos.


martes, 3 de septiembre de 2013

Besos.

La primera vez que te besé fue la primera vez que te hice el amor. Y menuda manera de hacerlo. El besarnos y el amor. Creando. Sí, creando. Porque creamos una forma de hacerlo con base de palabras. Base de noches en vela. Base de horas invertidas. Base de llamadas inquietas. Base de verdades. Base de besos.
Tus besos saben a vida. A certeza. A alegría. A brisa. A pasión. Joder. Lo eres todo. 
Después de vidas de espera, tú, al fin sentada en mi cama....Y es que no se me ocurre otra cosa que besarte.