sábado, 25 de octubre de 2014

No creo pero.....




No creo en la vida después de la muerte un domingo,
no creo en los catorces de febrero, ni en los ramos de rosas sin espinas.

No creo en el silencio que nos grita a los oídos,
no creo en el invierno sin tus pies,
tampoco creo en las películas con un final triste.

No creo que nos tengamos que esconder al darnos la mano para pasear, ni creo en las ventanas que se abren después de cerrar puertas.
No creo en los amaneceres que no sean entre tus piernas, no creo en la ausencia del miedo, ni en esas tonterías de 'el tiempo lo cura todo'.
Tampoco creo en una risa que no acabe en ti, no creo en un punto y final, ni en los puntos de sutura.


No creo en islas desiertas sin ti, y tampoco en la gente que mira por encima del hombro porque no son capaces de mirarse así misma.
No me puedo creer la poca gracia que me hace que intenen ligarte, cuando recuerdo como anoche me quitabas las bragas.

No creo en los cumpleaños si no cumplen lo que dicen.
No creo en los mapas del tesoro porque no te señalan a ti.
Tampoco creo en los valientes porque no tienen miedo de perder.
No creo en tocar el fondo de nada si no es el tuyo.

No creo en excusas baratas que al final salen caras.
No creo en la magia porque siempre caigo en la trampa.
No creo en la gente que no llora porque algún día morirán ahogados.


No creo en Vanesa Martín si no es pensando en ti.
No creo en un concierto si no eres tú la que va a mi lado.
No creo en la música si no la canto para ti.
No creo en la lucha si no es con tu escudo por bandera. 


No creo en París si no es de tu mano. No creo en bodas debajo de la torre Eiffel sino somos nosotras las que nos casamos.
No creo en Roma sin nosotras pidiendo un deseo en la Fontana de Trevi.
No creo en Segovia sin compartir cochinillo.
No creo en Oporto sin disfrutarte.

No creo en la gente que se echa de menos, si no saben lo que es la distancia.
No creo en los kilómetros, solo son para jodernos.
No creo en  el tiempo, el calendario y el reloj, no son más que un número.
No creo en los números que no sean un 9 o un 14.

No creo en el pasado, ni en el futuro, solo quiero presentes.
No creo en la vida sin ti, ni en otra sonrisa.
No creo en fantasmas debajo de la cama, pero sí creo en ti cuando estás encima....

A veces, quizá ni creo en mi, ni en la felicidad...
Pero creo en ti y eso es una puta maravilla. 
Y creo que deberíamos compartir  vida,
colchón.........
                          y pesadillas....


 



domingo, 19 de octubre de 2014

Es verdad...

Es verdad...

no sé preparar café.
Tampoco sé programar la televisión,
no me sé la letra de tu canción favorita,
no sé querer a medias, ni sonreír a los falsos.

Suelo dormir más mal que bien; más bien poco y más mal mucho.
No tengo ganas de nada los lunes por la mañana -ojalá me dieras las tuyas-
me despierto con el pie izquierdo casi todos los días donde hay una despedida.

Me quiero poco y bien,
no sé cantar,
tengo miedo a casi nada y dudo una vez al día de mi vida.

Tengo nostalgia para dar y regalaros a todos,
lloro cada dos por mil veces al año.

Que sí, es verdad...

Tengo canciones clavadas en el corazón,
no tengo sueños, pero sí tengo mucho insomnio, ¿quieres?.

Me miro poco al espejo para no encontrarte,
te echo de menos y a veces de más.

No sé decir mentiras, pero me las creo todas.
Soy capaz de morirme todas las veces que me mates a besos.

No tengo alas, pero si mariposas y  tiempo.
Ojalá fuera la respuesta a la incógnita de tu vida.

Tardo treinta minutos en arreglarme por fuera;
pero todavía no he aprendido a hacerlo por dentro.

No sé pensar -si no es en ti-,
Sé dolerme a cada segundo de cada minuto de cada hora de cada día de la semana de todos los años de mi vida.

No tengo motivos porque nadie me los ha dado y tampoco los he buscado.
Se me da de puta madre ser presente y me cuesta ser pasado.
Me confundo de llave cada vez que entro en casa.

No sé dormir con pijama y suelo tachar después de escribir.
Odio madrugar y suelo dejarme las luces encendidas.
Nunca me voy sin despedirme y odio decir adiós.

Sí, es verdad...

Ato cabos y no sé deshacer el nudo de mi estómago,
No creo en la magia pero me has hechizado más de una vez.

Soy complicada, difícil, casi imposible; destructible.
Paso de buena a tonta y de tonta a hija de puta.

No sé ser razón, pero tengo mucha.
Vivo en una caída constante.
Todavía no he aprendido a cocinar en nuestra cocina; siempre se me quema todo por esperar demasiado.
Bebo poco, bailo mal, pero es que vivo peor.

Tengo el amor por las nubes y el odio por los suelos;
no miro por donde piso y más de una vez la apatía me convence de que para hacer algo mal, mejor no lo hagas; y eso hago: nada.

No me gustan los lunes, ni los martes, ni los miércoles,ni los jueves,ni los viernes,ni los sábados y, por supuesto, tampoco los domingos donde tú no estés; me despierto de mal humor y tengo tengo manías que no puedo remediar.

No veo fútbol, cruzo los semáforos en rojo y no sé sonreír cuando estoy triste.

Pero..¿sabes qué?

Tengo ojos de gata y suelo gastar más vida de la que tengo.
También sé correrme pensando en ti y abrazarte desde lejos.

Sé prepararte el desayuno sin levantarme de la cama.
Me encanta abrir la ventana los días de lluvia y calarme de ti.

Puedo acariciarte sin tocarte, morir de amor y sonreír a quemarropa.
También sé volver a empezar cuando me disparan al corazón.
Sé lamerme las heridas de la espalda y soy perfectamente capaz de comprarte flores cualquier día de la semana.

Me encanta gritar mi canción favorita y llorar porque sí.
También puedo vivir de poesía y comerte a base de sonrisas.
Sé perderme entre la gente y no encontrarte nunca.

Aprendo de mis errores y siempre caigo en la cuenta -aunque tarde-.
Sueño despierta porque dormida no te veo y despierta sí.
Soy persona, tengo principios y muchos finales.

Soy preciosa cuando me miras, y tengo guardados secretos en el cajón de la mesilla.
Sé discutir conmigo misma para luego reconciliarme y quererme mejor que nadie.
Soy valiente por mí y por todos ti.
kamikaze enamorada;
superviviente,
historia sin acabar.

Además..

Sé comerme las noches más oscuras de tu ausencia
y follarme límites.

Puedo olvidarme de mí y ser un carnaval en tu pecho.
Soy perfectamente imperfecta y un arma cargada de mí misma.
Me bebo las ganas cada vez que voy a verte y me atraganto por impaciente.

Me riego porque soy flor en primavera pero llevo el invierno por dentro;
y sé despertarme con la sonrisa a flor de piel.
Escucho mi canción favorita por dentro y soy una revolución de tulipanes de colores.

Sé encontrarme aunque no me busque,
lo siento por ti y por mí; y por todos los que no han querido sentirlo.
Te quiero por encima de todos los peros, y me invento motivos aunque no los necesite.
Puedo pasar página sin cortarme y sigo pidiendo deseos cuando soplo pestañas,velas y dientes de león.

Digo la verdad y, además, te la enseño.
Sé esperar, sé volar sin salir de la cama y sé ser el escondite perfecto.

También...

Soy especialista en besar 'ojalás',
en naufragarte
y sonreír y devorar a la vida.

Puedo tocar el cielo solo con ponerme de puntillas mientras estés en mi mismo suelo,
llegar lejos sin moverme del sitio solo con mirarte,
irme de aquí sin salir de mí.

Se me da bien disimular, tener ganas y coger fuerza.
Tengo una imaginación que no me cabe en el sexo,
un corazón invencible y muchos quiero y puedo.
Sé curarte o creo saber de puta madre hasta florecerte en invierno.

A veces puedo ser puente y suicida a la vez,
me encantan los precipicios altos y las palabras caras.




Pero, sobre todo:
sé quererte con los ojos cerrados,
defenderte por encima de mi cadáver
y con el arma cargada apuntando solamente hacia mí.


miércoles, 15 de octubre de 2014

Y me sucediste Tú.

Pueden sucederte muchas cosas en un mismo día, miles durante un año, y aún así ninguna llega a marcarte. Entonces aparece una persona y, de una forma u otra te dice: "voy a cambiarte la vida". Tu vida da un giro inesperado de 180 grados. No te sucede una cosa, pero sí una persona. Pero no es cualquier persona. Es la que ocupa la mayor parte de tus pensamientos, de tus insomnios, de tus largas noches preguntándote a ti mismo. ¿Pensará en mi?. Viene sin paraguas y te saca a bailar en medio de la tormenta. ¿Sabes? La vida está llena de momentos perfectos, pero que en el instante no nos damos cuenta de lo que son. La vida tiene momentos únicos. Esa clase de momentos que no cambiarías ni por todo el oro del mundo. Lugares que han sido testigos de segundos de perfección y después es inevitable volver a ellos. Puede pasar el otoño, el inviero, la primera y el verano sin que nos percatemos de ello. Y en  una fracción de tiempo alguien nos hace sentir como si todas las estaciones estuvieran en determinada hora y nos hace visitar mundos. ¿Dónde? no sé. Lo que sí sé es que las vistas al lado de alguien son preciosas. Y te importa una mierda la física, la química o lo que diga que no es posible esto. Un día comprendes que lo que hace únicos los momentos no es el lugar donde estás, sino con quién estás. Que yo por lo menos, desde hace dos años tengo la mirada llena de momentos fugaces que me marcarán para siempre. Porque si una cosa tengo clara, es que nunca voy a ser tu primer beso, ni tu primer amor, ni tu primer polvo. No fuí tu primer San Valentín, ni tu primera pelea. Tampoco tu primer regalo, ni tu primera cita. Posiblemente mi madre no sea la primera suegra que odias. Nunca seré quien te mandó tu primer sms, ese que leíste y volviste a leer. No seré la primera en nada de esto pero SERÉ LA ÚLTIMA en todo lo demás.


sábado, 4 de octubre de 2014

TODO

Tengo que explicarte algo:
Si no pido deseos cuando veo estrellas fugaces es porque estoy endeudada hasta las pestañas, de tanto pedir al universo tenerte conmigo.
Tengo una carpeta llena de borradores, palabras que intentaron ser versos y acabaron en un intento vano de hacerte sonreír; una espalda que pide que dibujes letras aleatorias con la yema de tus dedos sobre ella y unos oídos que se hacen los sordos a todo lo que no sea tu nombre.
Mi cabeza ha olvidado el calendario, la lógica y el abecedario si no son las letras que componen tu nombre o nuestros pronombres.

Nadie habla ya de Benedetti cuando es verano, se olvidan de Neruda si no es primavera; pero yo, yo quiero seguir haciendo contigo lo que la primavera hace con los cerezos y quiero que nos busquemos a besos y mordiscos, que la distancia se mida en piel contra piel o en mofletes mordidos. 
Quiero pecados compartidos, cicatrices que fueron heridas y han sido curadas con saliva. Quiero llevarte tatuada en el cuello y que mi clavícula pida a gritos uno más de tus besos, cortarme las alas para cosértelas a ti y no ahogarnos entre toda esa mierda que algunos llaman pasado.
Necesito quedarme sin oxígeno debajo de tu almohada, leer el puto horóscopo y reírme de esa mierda de constelaciones por estar pensando en tus lunares.
Que me llamen tuya porque es impensable que sea de alguien más, escribir y que se mueran de envidia.
Quiero, necesito y espero quedar contigo los días impares y leer el periódico para saber qué ocurre fuera de nuestro mundo. Regalarte un billete con dirección mis piernas para que nunca vuelvas donde no esten.

Y decirte en un mensaje que te quiero, aunque estés en el mismo sofá para luego susurrarte un poema de Salem antes de que me calles de la forma más bonita que sepas.
 Y vamos a reinventar un lenguaje para que sea el nuestro, a reconstruir un mundo que no se parezca nada a este, que la realidad es muy fea comparada con cómo es tu sonrisa. Vamos a mezclar París, Madrid, Barcelona y los suburbios de Londres para hacer de estas sábanas un universo paralelo.
Vamos a demostrarles a toda esa gente que no hay historia sin un prólogo, un amor sin batalla, ni vida sin lucha, ni verso sin ti.

  

Hay gente que es feliz con muy poco, no me refiero a los que se conforman, no, me refiero a esa clase de persona que disfruta de las pequeñas cosas, los detalles que a otros les parecen insignificantes. Recibir un whatsapp inesperado, que el amor de tu vida te lance una sonrisa desde la esquina de la habitación, o encontrarse una moneda de la suerte. 
Ir de compras con tu pareja y que se cuele en tu probador. Que te haga tu comida favorita o que sepa bien como picarte...
Yo, no soy de las que me conforme pero con ella.....
¿Qué es lo que me falta? ¿Qué es lo que no tengo? ¿Qué más puedo pedir? 
LO TENGO TODO, NO PUEDO PEDIR MÁS.