viernes, 5 de diciembre de 2014

Ahora mismo...

En este momento de mi vida, no quiero casi nada. Tan sólo la ternura de tu amor y  la compañia de tus te quieros. Unas cuantas carcajadas a tu lado y unas palabras de cariño antes de irme a la cama. El recuerdo dulce de tus palabras al amanecer. Un par de árboles al otro lado de nuestra casa y un pedazo de cielo en el que asome la luz y por la noche mirarlo juntas desde la ventana. El mejor verso del mundo dicho de tu boca y la más hermosa de las músicas en el salón de casa. Un atardecer de tu mano con la brisa correspondiente del invierno. Un viaje al pueblo de al lado solo porque es Domingo y nos apetece estar solas. Una llamada en mitad de la mañana solo por esuchar mi voz. Lo amargo de echarte de menos con la esperanza de verte horas más tarde. Cocinar juntas sin que nos gusten las mismas cosas. Decorar un árbol de navidad, con sus respectivos calcetines por si cae algun regalo. Discutir para luego llegar a la lujuria de las reconciliaciones. Que mi conciencia esté tranquila sabiendo que hice las cosas contigo lo mejor que pude. Saber que es dificil mirar al pasado cuando vuelve a llamar y mirar al futuro cuando aún hay heridas que cerrar. Que nada nos importe mientras estemos juntas en la misma historia. Tus roces a media noche con la suavidad de tus manos por mi cuerpo. Tu lengua recorriendo mis lunares mientras me dices que no hay constelación más bonita. También quiero, eso sí, mantener la libertad y el espíritu crítico por los que pago con gusto todo el precio que haya que pagar. Quiero toda la serenidad para sobrellevar el dolor de las palabras mal dichas o mal interpretadas y toda la alegría que me proporciona que estés cada segundo a mi lado. No dejar de sorprenderme de nada. Seguir llorando cada vez que algo lo merezca, como cuando me dices lo bonita que soy o lo orgullosa que estás de mi. Seguir quejándome de alguna tontería. Recordar que me buscabas junto cuando te encontré. Y volver a recordar que el buen amor es quererse bien. Echar de menos a los que tengan que irse porque tuvimos la suerte de haberlos tenido a nuestro lado. Querernos como nadie se ha querido jamás. Caer rendida a tus pies día a día....   
No quiero casi nada, pero para mi casi nada, es todo contigo. 
    

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